Tratamiento de Fibromialgia con Medicina Preventiva

Fibromialgia: alimentos saludables

La fibromialgia es una enfermedad que ha ido adquiriendo cierta notoriedad y repercusión social. Para mucha gente es aún una gran desconocida; para otros es una enfermedad «moderna»; y para algunos, afortunadamente cada vez menos, es un modo de obtener atención.

Por supuesto que la fibromialgia es una enfermedad que ha de ser estudiada todavía más, pero a día de hoy ya poseemos suficiente información como para afrontarla y descartar prejuicios sociales sobre ella y sus afectados. Una de las certezas que tenemos es que podemos tratar la fibromialgia con la alimentación.

Dificultades en el diagnóstico de la Fibromialgia

Esta patología se caracteriza por una serie de síntomas que pueden coincidir con otras enfermedades. Los dolores y dificultades de movilidad asociados a la fibromialgia pueden ser muy similares a los que padecen los afectados por fatiga crónica o artritis reumatoide, así como los dolores de quienes padecen ciertos tipos de artrosis u osteoporosis.

Fibromialgia: Dolor en articulaciones

Además, otros síntomas pueden estar relacionados con algunas intolerancias alimentarias, el insomnio o la candidiasis. O incluso con determinados cuadros de ansiedad y depresión o stress post-traumático. Por si fuera poca la complejidad del diagnóstico, hay que tener en cuenta que todas estas patologías pueden coincidir con la presencia de la fibromialgia y verse reforzadas por ella.

Peligros de un mal diagnóstico

En el momento en el que se diagnostica mal, el tratamiento será erróneo. Esto no solo no curará nuestra dolencia sino que puede agravarla o causar otros desequilibrios, sobre todo si el tratamiento incluye la administración de medicamentos.

Además del agravamiento de la patología, se genera una sensación de frustración en el paciente. Esto agravará el riesgo de cuadros depresivos, que a su vez agravarán las patologías originales. También debilitarán la disposición del paciente a seguir nuevos tratamientos y a confiar en los médicos.

En el peor de los casos, muchos pacientes caen en la automedicación o incluso en timos que se disfrazan de terapias «alternativas» y que no tienen ninguna base empírica.

Medicina preventiva y reactiva en el tratamiento de fibromialgia

Por norma general, la medicina tiende a ser reactiva: acudimos a ella cuando algo no va bien. Pero cada vez más se va poniendo el acento en la medicina preventiva, aquella que apuesta por unos hábitos saludables como fuente de salud e impedimento para la aparición de la enfermedad.

Ambas facetas de la medicina no solo están reñidas sino que se complementan y es necesario utilizarlas al mismo tiempo. Por ejemplo, cuando padecemos una enfermedad no solo querremos curarla sino eliminar los factores que la desencadenaron para evitar recaídas. Esto supone una investigación necesaria sobre el pasado lejano e inmediato del paciente, sus factores de riesgo (tanto genéticos como ambientales), sus hábitos y sus gustos.

Hoy por hoy nadie duda acerca de la importancia de los hábitos en nuestra salud diaria. Y pocos hábitos son tan relevantes como nuestra alimentación.

Fibromialgia: Dieta equilibrada

Tratar la fibromialgia con la alimentación

Uno de los errores más comunes a la hora de tratar la fibromialgia es centrarse exclusivamente en el dolor y en su eliminación. Los dolores suelen ser lo que más preocupa al enfermo y lo que más llama la atención del médico. Además, son los dolores los que más afectan a la calidad de vida del paciente. Por supuesto que tenemos que intentar reducir y eliminar esos dolores. Pero recurrir a los analgésicos sin averiguar la causa del dolor, no es un verdadero tratamiento sino un parche.

La medicación sistemática no es una solución

Nuestro cuerpo está diseñado para adaptarse, y eso incluye las medicinas que podamos ir administrándonos. Por eso, si sólo combatimos el dolor con analgésicos, nuestro organismo irá necesitando dosis mayores y tipos de analgésicos cada vez más potentes para lograr los mismos efectos. Esto, además, perjudicará nuestro sistema digestivo. También perjudicará otras partes de nuestro organismo y aunque vayamos logrando un alivio temporal del dolor, por lo tanto, no estaremos solucionando el problema.

Fibromialgia: medicina tradicional

Tratar la fibromialgia con la alimentación es nuestra mejor alternativa. No solo porque reduciremos la cantidad de las medicinas necesarias para nuestro tratamiento, sino porque atacaremos la raíz del problema.

Pero convencer al paciente de que es necesario tratar la fibromialgia con la alimentación no es sencillo. Modificar los hábitos alimenticios suele ser una prueba muy dura para muchas personas. Además hay que tener en cuenta que no se trata de prescribir una dieta generalista, sino que la dieta ideal siempre será individualizada, ya que cada persona es un mundo. Aquí es donde el especialista tiene que ser empático con el paciente y explicar el por qué es tan necesario convertir a nuestra comida en nuestra mejor medicina y hacer que nuestra mejor medicina sea nuestra comida.

Una dieta correcta individualizada el mejor tratamiento contra la enfermedad

Será imprescindible individualizar la dieta necesaria, para ello, también hay que tener en cuenta los gustos del paciente. Aunque se le pidan algunos sacrificios, hay que intentar ser flexible en aquellas cuestiones que sean factibles. Poco a poco el enfermo notará una clara mejoría y es en ese momento cuando estará más dispuesto a seguir mejorando su alimentación.

Los cambios radicales suelen lograr poca fidelidad y escaso seguimiento. Los graduales son más exitosos. Y aunque la eliminación de algunos alimentos perjudiciales sea necesaria desde el principio, hay que entender que el paciente colaborará mejor si se le exigen sacrificios asumibles.

Cuando su salud mejore, él mismo suele pedir consejo para seguir mejorando su dieta. Al final nuestra salud es una carrera de fondo, no un sprint. Tiene que estar mentalizado de que no hará una dieta ocasional, sino que va a hacer es cambiar su alimentación para mejor. No para una temporada, sino para una vida más sana. Tratar la fibromialgia con la alimentación supondrá un cambio en su vida, para siempre, aprendiend más sobre lo que necesita y ser más consciente de cómo funciona su organismo.

Una vida mejor merece el esfuerzo de comer mejor ya que la buena salud es el gran premio que nos espera.

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