Como es natural, cualquier madre o padre querrá que sus peques aprendan a ser compasivos con las personas que los rodean, ya sea en su familia, en clase o en el trabajo, e incluso para con otras personas de su alrededor que ni siquiera conozcan personalmente. En este artículo de Unisima os dejamos algunas formas sencillas de desarrollar la compasión en los niños. ¡Tomad nota!
Normaliza la compasión y espérala
Los niños son naturalmente compasivos, por mucho que tengan un comportamiento egoísta fruto de una personalidad que aún no ha madurado del todo. Esa compasión se nota en detalles como que den un abrazo a quien se haya hecho daño, o que tengan ansiedad cuando otro niño llora.
Para ayudar a desarrollar esa compasión sin hacer que destaque como algo especial o que piensen que es anormal, se pueden usar frases como “Ha sido muy amable por tu parte abrazar a tu amigo después de que se cayera” en lugar de “¡Buen trabajo! Estoy MUY orgullosa de ti” o exclamaciones más entusiastas.
Se trata de hacer ver que está bien, pero que no se trata de nada extraordinario y que es algo que se debería esperar de todo el mundo, del mismo modo que decir por favor o dar las gracias. Simplemente, integrarlo como un comportamiento esperado y valorado en la familia.
Incorpora el comportamiento compasivo en los juegos
Esto se puede realizar a través de juegos de rol en los que te preocupas por los demás, lo que es divertido y muy fácil de hacer con unos sencillos disfraces que podéis hacer de forma casera.
Así, los doctores se pueden preocupar por sus pacientes, los superhéroes pueden rescatar personas de un tornado, los constructores pueden hacer casas para la gente sin hogar, los veterinarios pueden curar y preocuparse incluso de los animales sin dueño que paguen la factura… Los peluches, las muñecas (sí, incluso si son niños), las mantas y otros artículos pueden ser grandes complementos para este tipo de juegos.
Da quehaceres a los peques que incluyan cuidar a los demás
Poner la mesa, ordenar la colada o lavar el pelo de uno de sus hermanos son trabajitos de todos los días que ayudan a los niños a darse cuenta de que preocuparse por los demás forma parte de la vida diaria: no se trata de algo que se nos “pida”, sino algo que debemos hacer sin preguntarnos el por qué o esperar un premio.
De este modo se consigue que los peques estén atentos a las oportunidades que tienen de ayudar a los demás, ya que saben que con cualquier detalle pueden colaborar con otros. Además, se sentirán confiados a la hora de ofrecer ayuda cuando vean que hay una necesidad.
Divertíos ayudando a los demás
Preparar una comida para alguien que está enfermo, hacer un dibujo o una tarjeta de ánimo para alguien que está pasando por una mala racha son sólo un par de ejemplos de cosas que pueden ser muy divertidas de hacer en familia y que, además, cuentan con el extra de ser una buena acción.
A veces las oportunidades de ayudar surgen solas y son rápidas de hacer y en otras ocasiones hay que ser organizado y planearlas con tiempo. En cualquier caso, siempre alienta sus ideas de hacer algo por los demás y de buscar soluciones a problemas que hagan felices a terceras personas.
¿Qué más se os ocurre para inculcar la compasión en los peques? ¡Comparte tus ideas con otras mamás!