Difuminar las manchas oscuras, proteger la tez de los rayos UV, restaurar el brillo natural, la vitamina C puede hacer mucho por tu piel.
Pero el tipo de cosmético con vitamina C que elijas, así como la forma en que lo uses y lo guardes, puede afectar significativamente a la cantidad de activo que obtienes de él.
La vitamina C es un potente antioxidante que ayuda a suavizar las líneas finas y arrugas, reducir las manchas, iluminar el cutis y, lo que es más importante, eliminar los radicales libres del medio ambiente, la contaminación y la radiación UV.
Con el tiempo, esos radicales libres pueden dañar la dermis, lo que lleva a signos prematuros de envejecimiento y aumenta el riesgo de cáncer de piel.
Por lo tanto, es importante protegerse contra el daño de estos rayos UV con un antioxidante y, por supuesto, con un protector solar diario.
Sin embargo, no todos los productos de vitamina C son iguales, y pueden ser irritantes y difíciles de usar en algunos casos.
Es importante leer la etiqueta del producto y saber qué es lo que realmente estás comprando -lo cual no siempre es una hazaña fácil cuando se trata de cosméticos-, especialmente si tienes una piel sensible.
Por lo tanto, antes de comenzar a buscar un producto para el rostro, lee estos consejos para aprovechar al máximo tu serum de vitamina C.
1. Utiliza el serum de vitamina C por la mañana
No hay ninguna ley que prohíba el uso de productos de vitamina C por la noche, pero puedes maximizar sus beneficios si los usas por la mañana.
En general, los productos de vitamina C deben aplicarse por la mañana, antes de salir a la calle, cuando la radiación UV es más alta.
Pero este ingrediente se vuelve menos efectivo cuando se expone a la luz, así que es importante darle tiempo para que se absorba en la dermis antes de salir al exterior.
No es necesario esperar un tiempo específico, siempre y cuando se absorba, se puede salir.
2. Incorpóralo en el paso correcto de tu rutina de cuidado de la piel
El momento adecuado para usar el cosmético depende del tipo de producto que sea.
En el caso de los serums, debes aplicarlos sobre la piel recién limpia y seca, pero antes de hidratarla.
Pero las cremas hidratantes que contienen antioxidantes también son cada vez más comunes, y estos hay que usarlos al final de la rutina, después de los serums.
3. Usa la concentración correcta de vitamina C para tu tipo de piel y tus necesidades
Cada cosmético posee una concentración diferente de vitamina C. En general, van desde menos del 1% hasta el 30%.
Esto se puede comprobar leyendo la lista de ingredientes. Cuanto más arriba esté el ingrediente, más concentración tendrá, y al revés.
Obviamente, según su concentración, sus efectos serán diferentes.
Las personas que tienen la piel seca o sensible probablemente quieran empezar con concentraciones más bajas, alrededor del 5%, que tienen menos probabilidades de ser irritantes.
Pero aquellas con piel más grasa o con problemas de pigmentación más extensos, necesitarán concentraciones más altas.
Después del 20 por ciento, hay una especie de estancamiento, lo que significa que, digamos, el 30 por ciento no te va a dar mayores beneficios que el 20 por ciento, por lo que no hay razón para utilizar una concentración mayor.
4. No mezcles la vitamina C con ciertos ingredientes
La vitamina C normalmente es bastante segura y se tolera bien; pero si tienes la piel sensible, puede picar un poco, especialmente si la usas junto con exfoliantes o ácidos en tu rutina facial.
Obviamente, si eres sensible o alérgico a cualquiera de los ingredientes botánicos de los que puede provenir la vitamina C -como las naranjas, por ejemplo-, definitivamente debes proceder con precaución.
El único ingrediente que debes evitar al usar la vitamina C es el peróxido de benzoílo, que puede oxidarla y, por lo tanto, hacerla menos potente.
Puedes seguir usando tus productos de peróxido de benzoílo, pero no en la misma rutina.
Intenta usar la vitamina C por la mañana y el peróxido de benzoílo por la noche, o úsalos en días diferentes.
5. Puedes usarla con el retinol, pero ten cuidado
Siempre se ha pensado que debía evitarse a toda costa el uso de productos de vitamina C con retinoides. Y esto sigue siendo cierto.
Funcionan mejor en diferentes ambientes de la piel, así que usarlos al mismo tiempo puede hacer que ambos sean menos efectivos.
Y debido a que pueden tener efectos similares en el cutis, los expertos todavía aconsejan no usar estos dos ingredientes juntos.
Usarlos en la misma rutina puede causar irritación, aunque puedes usarlos el mismo día a horas diferentes.
Los expertos generalmente aconsejan usar productos de vitamina C por la mañana y retinoides por la noche.
6. Asegúrate de almacenar correctamente tus productos
En los productos tópicos para el cuidado de la piel, la vitamina C es sensible a la luz y al aire. Cuando se expone a estos factores, se oxida a ácido dehidroascórbico, que es menos estable y menos eficaz.
Por lo tanto, estos cosméticos deben almacenarse en envases opacos que sean herméticos o airless, en vez de en un tarro o un frasco con gotero que tiene que ser abierto completamente.
Afortunadamente, muchos productos ya vienen en envases opacos por esta misma razón.
7. Echa un vistazo a la formulación general del producto
Hay diferentes tipos de vitamina C que pueden aparecer en diferentes tipos de productos.
Algunos son más estables que otros, lo que significa que no se oxidarán tan rápidamente, y algunos de ellos tienen diferentes propiedades que pueden hacerlos más adecuados para ciertos tipos de tez.
El ácido L-ascórbico -también conocido simplemente como ácido ascórbico- es una de las formas más comunes que se encuentran en los productos de vitamina C.
Esta forma, junto con el fosfato ascórbico de sodio es soluble en agua, lo que significa que es más probable que aparezcan en productos más ligeros y más adecuados para un cutis más graso.
Si tienes la piel seca y madura, es mejor que pruebes productos hidratantes que contengan formas solubles en lípidos de vitamina C, como el palmitato de ascorbilo y el ascorbato de tetraehexidodecilo.
8. Observa si el producto ha cambiado de color
El serum de vitamina C debe ser incoloro o de un color pajizo claro. Si se oxida, se vuelve amarillo o marrón y probablemente será menos efectivo.
Todavía puedes usarlo si quieres, pero no hará tanto por tu piel y, muy raramente, los productos de vitamina C oxidada pueden incluso causar una ligera decoloración amarilla de la piel.
Así que considera la posibilidad de deshacerte de cualquier cosmético que haya cambiado drásticamente de color desde que lo compraste.
Especialmente si es marrón, en cuyo caso es mejor tirarlo.
9. No te limites a los serums
La forma más común de obtener vitamina C en una rutina de cuidado de la piel es en un serum. ¡Pero no tienes que limitarte!
Si prefieres no añadir un paso más a tu régimen, que sepas que también puedes obtener vitamina C en limpiadores, humectantes, exfoliantes, mascarillas e incluso en protectores solares.
Algunas de mis formas favoritas para obtener vitamina C incluyen: