Qué es: Es un compuesto natural que proviene del aceite esencial de la especie Mentha (el aceite de menta contiene un 40-50% de mentol) y les da su típico olor y sabor a menta. Es el causante de la sensación de frescor tan conocida tanto de los productos cosméticos como de un montón de otras cosas como el chocolate, el chicle, la pasta de dientes o el cigarrillo.
Usos y beneficios: En lo que respecta al cuidado de la piel, aparte de la sensación de frescor (que puede durar hasta 70 minutos), también tiene propiedades analgésicas, reductoras del picor, antibacterianas, antifúngicas e incluso potenciadoras de la penetración.
El problema es que puede tener el mismo efecto sensibilizador que la menta en la piel y aumenta la pérdida de agua transepidérmica (el agua que se evapora de la capa externa de la piel) y, por tanto, contribuye a resecar la piel. A pesar de su capacidad documentada de sensibilizar la piel, el mentol se incluye en un número sorprendentemente grande de productos. Desgraciadamente, la sensación refrescante del mentol es una prueba directa de que la piel se está sensibilizando, no calmando.