Sí a día de hoy, aún te preguntas cómo es tu tipo de tez, debes saber que esta pregunta es muy común, ya que no siempre tenemos muy claro cuál son las características con las que nuestro cutis cuenta.
Esto puede ocasionar ciertas confusiones y nuestra piel puede verse muy afectada al utilizar productos cosméticos que no son acordes con sus propiedades.
Esta pregunta con la que iniciamos este post, puede parecer fácil de responder, pero seguramente, tras analizar con algo más de detenimiento tu cutis frente al espejo, aún son muchas las dudas que nos asaltan a diario y no nos dejan ver con claridad realmente cómo podemos definirla.
Es mucha la presión ante este tema, porque claro, ante cualquier tratamiento que queramos realizar en el rostro lo primero que debemos conocer, de una forma prioritaria es justo esta cuestión. De hecho, cuando vamos a comprar una crema hidratante es lo primero que debemos conocer.
Si aún no tienes una crema efectiva que sirva realmente para aportar la hidratación que tu piel necesita, te aconsejamos los siguientes productos: mejores cremas hidratantes.
Así que tenemos varias opciones, por un lado consultar con un dermatólogo que nos de instrucciones de cómo son nuestros tejidos y cuál son sus propiedades y por otro lado, complementar esta visita al especialista en cuestión, con información de calidad respecto a cómo saber diferenciar cómo es nuestro tipo de piel, como te contamos en este post.
Sabemos que no siempre es sencillo tenerlo claro, sobre todo por aquello que se dice que cada tipo de piel es un mundo, pero es que además, con el paso de los años va cambiando y sufriendo modificaciones.
Es justo aquí donde empiezan nuestras dudas, pero no te preocupes que tras leer este texto, sabemos bien, a ciencia cierta que ya habrán quedado todas despejadas.
Aunque pueda parecer un tema un poco abstracto, se pueden hacer cuatro agrupaciones o cuatro tipos de una forma más general, como los que desarrollamos enseguida. Además, también podemos realizar varias pruebas o tests que te ayudarán a conocer sus propiedades individuales, de una forma definitiva.
Te vamos a contar de una forma general de las versiones de tez que existen, si quieres ampliar más información puedes hacerlo pinchando aquí, en este link: tipos de piel, hidratación y cuidados.
Piel normal
Se caracteriza por no presentar imperfecciones, tiene una textura lisa y suave, es fácil de mantener saludable, ya que los cuidados que requiere no son tan exigentes a diferencia de otros tipos de piel. Es por ello que la piel normal conserva bien su equilibrio en hidratación y las secreciones de grasa.
¿Cómo se puede identificar la piel normal?
Fíjate en las pequeñas características que la definen: los poros son de tipo delgado, la textura es suave, presenta mínimas impurezas, y su color es uniforme gracias a la buena circulación sanguínea.
Debes tener precaución ya que puede verse afectada por una serie de factores, entre los cuales podemos destacar el consumo de medicinas que causan alergias o de ciertas hormonas.
Un problema bastante común es el uso de pastillas anticonceptivas que puede ocasionar una alteración hormonal e incidir en las características de este tipo de piel, ocasionando manchas, por ejemplo.
Piel seca
Produce menos líquidos grasos que otros tipos de piel para mantener la humedad y está menos protegida, porque la producción de sebo es escasa y no se forma una capa protectora, esto provoca que la piel sea más vulnerable a los factores externos. Normalmente se notan más las imperfecciones en este tipo de piel y se ve afectada de forma drástica por los cambios en el clima. Una buena hidratación será fundamental.
¿Cómo identificar la piel seca?
Es muy fácil de identificar por su aspecto ya que generalmente presenta zonas que muestran una especie de escamas causando un aspecto áspero.
La sensación que se presenta en este tipo de la piel es de tensión, normalmente la nariz y mejillas presentan enrojecimiento ocasionado por factores climáticos, de igual forma se aprecia una piel cansada y es muy propensa a presentar manchas.
No te pierdas este artículo: ¿tienes la piel reseca y sensible? ¡aprender las causas y a tratarla!.
Por otro lado, lamentamos decirte que en las pieles más secas, debido a la falta de hidratación constante, las arrugas suelen instalarse antes. Así que tendrás que mantener controlados los signos de la edad, utilizando una buena crema antiarrugas.
Piel grasa
Para determinarla, también podemos ubicarnos fácilmente, ya que generalmente es un tipo de piel que es brillante y grasa a simple vista en condiciones normales, además presenta más imperfecciones relacionadas con problemas de acné, granos o espinilla.
¿Cómo identificar la piel grasa?
Los poros son abiertos, ya que se ven fácilmente en la cara, además de notarse un líquido graso que da la sensación de sudor en el rostro; debido a que se desprende grasa acumulada especialmente en la zona T. Además, se notan más las imperfecciones causadas por un tipo de grano o acné que pudo haber dejado pequeñas cicatrices.
En la actualidad existen numerosos productos que cuentan con un ingrediente anti-acné estrella: la niacinamida. Si aún no lo conoces pincha aquí: niacinamida, beneficios y propiedades.
Piel mixta
Es muy común porque no es un tipo de piel seca ni un tipo de piel de grasa, presenta características de los dos tipos de piel debido a que en la zona T se acumula toda la grasa y las imperfecciones características de la piel grasa, en cambio en las otras áreas del cutis es completamente seca, especialmente en las mejillas es la zona donde se nota más la sequedad.
¿Cómo identificar la piel mixta?
Como es un tipo de tez que es una mezcla de piel grasa y piel normal, podemos distinguirla de la siguiente manera: exceso de grasa en la zona T, en la parte de las mejillas tiende a presentar sensación de un poco de tirantez, los poros son grandes y se observa constantemente granos o acné en la frente, nariz o barbilla.
Aquí podéis conocer cuales son las características de una dermis mixta deshidratada, mucho más común de lo que podemos imaginar.
Piel sensible
Una de las propiedades más características de la piel sensible es la poca tolerancia con la que cuenta ante los distintos agentes externos, como pueden ser el aire frío, el aire caliente de la calefacción, el estrés o los rayos del sol.
Uno de los componentes, por excelencia, que se se utilizan en las pieles delicadas es el aloe vera, debido a su capacidad para protegerla, suavizarla y calmarla, dejándola con una apariencia sedosa y sin irritaciones a la vista.
¿Cómo identificar la piel sensible?
Además, este tipo de dermis también presenta otros síntoma muy frecuentes como son el picor, las rojeces o la sensación de tirantez. Por estos motivos, requiere de cuidados más que especiales, imprescindibles para fortalecerla y hacer que sea más resistente.
Es muy importante que siempre utilices productos que sean hipoalergénicos, para evitar reacciones y alergias. Sobre todo, a la hora de la limpieza, este tipo de tejidos es bastante delicado y complejo ya que enseguida aparecen rojeces indeseadas.
Para asegurarte una limpieza sin reacciones y sin molestias y que por supuesto, sea eficaz, nuestra recomendación es el uso de agua micelar o decantarte por opciones cremosas, tipo leche limpiadora.
Y vamos un poco más allá en nuestras recomendaciones, mostrándote las mejores opciones micelares que puedes encontrar ahora mismo en el mercado. Sólo tienes que hacer click aquí: mejores aguas micelares.
También puedes conocer nuestra opinión acerca del agua micelar de la Roche Posay, específica para pieles ultra-sensibles. Además se trata de una firma cosmética muy conocida. Si quieres saber si este producto funciona, atenta/o a este link: review sobre el agua micelar de la Roche Posay.
Test rápido para diferenciar tu tipo de piel
Si quieres saber de una forma sencilla y rápida cuál son las propiedades y características que definen a tu cutis, contesta las preguntas del siguiente test… ¡y así saldrás de dudas rápidamente!.
Preguntas
1. ¿Sueles tener acné facial frecuentemente?
A ) Nunca / casi nunca.
B ) De forma ocasional, en la barbilla y en la nariz.
C ) Rara vez.
D ) Sí, siempre.
E ) A veces.
2. ¿En qué estado se encuentran normalmente los poros de tu piel?
A ) Apenas se ven, tienen un tamaño muy pequeño.
B ) En la zona de las mejillas apenas se aprecian, pero en otras áreas del rostro si.
C ) No son apenas visibles.
D ) Tienen un tamaño grande.
E ) Cuando tengo la piel más irritada tienen un aspecto más dilatado.
3. ¿Tu piel se enrojece frecuentemente o se irrita?
A ) No me suele ocurrir.
B ) De una forma habitual, no.
C ) Sí y además, también suelen aparecer descamaciones.
D ) Suelen surgir rojeces fácilmente.
E ) Se irrita puntualmente, sobre todo cuando realizo la limpieza facial o utilizo determinadas cremas.
4. Normalmente, ¿sueles tener manchas en el rostro?
A ) No, nunca.
B ) Sí, con bastante frecuencia.
C ) De forma muy puntual.
D ) A veces.
E ) Ocasionalmente.
5. ¿Tienes picores en la piel constantemente?
A ) No, nunca.
B ) A veces, en la zona de las mejillas.
C ) Sí, constantemente.
D ) No, rara vez.
E ) Con mucha frecuencia.
Resultados
- Si la mayoría de las respuestas son A: cuentas con una tez normal.
- Si la mayoría de las respuestas son B: cuentas con una tez mixta.
- Si la mayoría de las respuestas son C: cuentas con una tez seca.
- Si la mayoría de las respuestas son D: cuentas con una tez grasa.
- Si la mayoría de las respuestas son E: cuentas con una tez sensible.
Otras formas de evaluar el tipo de piel
Ya que existen diferentes formas de evaluar qué propiedades tienen nuestros tejidos, queremos contarte cuál son las más populares. Ten en cuenta, para realizar dichas evaluaciones, que no debes estar maquillada/o y debes tener por lo tanto, la piel completamente limpia.
Podemos optar a realizar los siguientes procedimientos:
1. Realiza un examen visual
Este primer paso consiste en la evaluación, utilizando la vista, para revisar la uniformidad y la textura, con el fin de identificar las posibles alteraciones en la tez, los poros más abiertos, pequeños granos, manchas, arrugas y enrojecimiento.
2. Realiza un examen táctil
Esta segunda alternativa consiste en realizar una evaluación de la piel mediante el tacto, sintiendo su textura, firmeza, elasticidad y revisando, que no haya excedentes de grasa.
3. Entrevista personal con un especialista
Ya sabemos que cada tipo de dermis es completamente distinta y que posee por lo tanto, cualidades y propiedades muy dispares. La opinión de un profesional en la materia será fundamental.
A través de dicho examen, el profesional en cuestión podrá contrastar cómo reacciona nuestra piel ante diferentes adversidades, cómo es nuestro estilo de vida, qué tipo de cosméticos solemos utilizar y si el paciente en cuestión toma algún medicamento que pueda interferir en el estado y en la apariencia de la piel.
4. Examen instrumental
Se lleva a cabo por un experto o profesional de la salud; consiste en la utilización de diferentes dispositivos con los que evaluaremos tanto la pérdida de agua como la resistencia, la oleosidad o el grado de pigmentación.
5. ¡Realiza una prueba casera!
Para los más perezosos esta es si duda vuestra opción, porque en casa, podemos complementar el test que os mostramos anteriormente con la prueba del pañuelo de papel.
Esta prueba consiste en recorrer con un pañuelo de papel limpio por la piel de todo el cutis, limpio e ir observando a trasluz, el pañuelo en sitios más luminosos o con una mayor claridad.
De una forma general, si tenemos una piel normal, el pañuelo no se inmutará, quedará limpio; por el contrario, si la tenemos más grasa, entonces veremos suciedad al instante; en el caso de los tejidos más secos, entonces notaremos como ésta se reseca y podemos observar restos de descamación en el pañuelo.
Nuestra piel: un órgano en constante cambio
Aunque creamos que nuestra tipología de dermis se definen en el instante en el que venimos a este mundo, debemos grabarnos a fuego, que nuestra piel no siempre cuenta con las mismas características y es esencial para los cuidados que realizamos, entender que con el paso de los años, nuestros tejidos cambian y sufren transformaciones.
Cuando nacemos nuestros tejidos se muestran muy finos y vulnerables ante agentes externos o sustancias. Además, hay que tener en cuenta que las defensas no han terminado de desarrollarse por completo.
Por otro lado, la adolescencia está condicionada por los cambios vinculados con las hormonas, así que será más frecuente la aparición de acné, el cual se suele minimizar o paliar siguiendo los consejos de un especialista y llevando una correcta higiene.
En lo respecta a la edad adulta, nuestros tejidos siguen sufriendo modificaciones, por lo que en cada etapa vital debemos aportar los cosméticos que necesita para su correcto funcionamiento.
No es lo mismo utilizar un producto antiarrugas a los 30 que a los 40 años. En esta etapa nuestro cutis se vuelve más complejo, por lo que necesitaremos llevar a cabo una rutina facial muy concreta, como la que te mostramos justo aquí: mejor rutina facial a partir de los 40 años.
Del mismo modo, también será fundamental que utilices una crema antiarrugas que cuente con activos e ingredientes naturales en cantidades efectivas.
Además, también confluyen otros factores que posiblemente afecten a estos cambios que se suceden en la piel, se habla de:
- Factores endógenos: relacionados principalmente con la genética, que se encarga de controlar las secreciones de glándulas sudoríparas y sebáceas, la degradación de las fibras o la formación de piel atópica.
- Factores exógenos: por otro lado, se habla de este tipo de factores en los que confluyen todo lo externo a nuestra genética, como por ejemplo: la alimentación, la contaminación, los rayos ultravioletas, la falta de sueño o el estrés.
Ya conoces algunas pautas para conocer mejor cómo saber cómo es tu tipo de piel, de todos modos, siempre debemos contrastar toda la información con nuestro dermatólogo, ya que podrá obtener información precisa en función de la etapa vital que nos encontremos.
¡Lo más importante es conocer a fondo nuestra piel y cuidarla cada día!.